Stop Making Sense [1984] - Talking Heads

Entra un señor flaquito, cara de pollo, vestido con un traje demasiado grande para el, colgándole una guitarra y en la mano una radiocasetera. Se para, coloca la radio a pilas en el suelo, le mete un caset y pone play. Y empieza con El Mejor Disco En Vivo De La Historia.



Bueno, quizás no estoy siendo muy preciso. No sé si será objetivamente El Mejor Disco En Vivo De La Historia (MDEVDLH), por lo menos es el mejor para mi gusto. Por otro lado, originalmente es una película, filmada a partir de los conciertos promocionales de Speaking in Tongues, en Hollywood en 1983. Y como película, es todo lo que no es un concierto en vivo.

Como esta reseña va sobre el disco y no sobre la película [ACÁ ESTA COMPLETA], no vamos a profundizar mucho en esta última, salvo decir que la puesta en escena de la banda toma todos los clichés de un concierto de rock, como las luces, el humo, la cámara haciendo primer plano de hasta la última nota del solo de guitarra, el público vuelto loco, etc. y los manda a volar. Y es que, ni el público se escucha casi en la grabación. Por otro lado, el histrionismo de la banda, los movimientos, la forma en que van entrando de a poco (si hasta parece que tuviera un desarrollo dramático), el diseño del escenario, todas son cosas que reflejan el carácter y la forma de hacer arte de los Talking Heads.



Y ahí nos vinculamos con la música.

Quién no ha escuchado alguna vez: "No, si los 80 fueron la peor época para la música popular", o "la música ochentera es lo peor", o expresiones similares. U otros que aman los 80. Y ahí están los que defienden a muerte la época, coincidiendo casi siempre con que fueron los que vivieron sus "dulces 16" en ella. Y en la otra vereda aparecen los que hablan del thrash, o del grunge, o del punk, como salvadores de la decadencia cultural de los ochenta. Y quizás (sólo quizás) estoy siendo un exagerado con todo este asunto, o un talibán, o a lo mejor no, no importa: este es un espacio de opinión.

A lo que voy, es que existe un tremendo prejuicio con respecto a la época. Y, hablando por experiencia personal, en música los prejuicios casi siempre hacen que te pierdas de lo bueno, más que ahorrarte lo malo. Me pasó con el rock, me pasó con el metal, me pasó con Charly García, y me pasó con los Talking Heads (y los 80's en general). 

Tampoco vamos a negar lo evidente: En los 80 hubo mucha música mala, pero mala. Pero, ¿no pasó lo mismo en los 50's, 60's, 70's? ¿y los 90's? Y como tampoco vamos a ponernos de acuerdo en eso, pues lo saltamos. 

(Entre paréntesis: Cual es la primera recomendación entonces? y vale para todo lo que se diga en este blog de aquí en más: Abran los oídos, sin prejuicios, y usen ese parámetro para elegir.)

Cuando escuché por primera vez a los Talking Heads, no me gustaron. Escuché 77  y, salvo Psycho Killer que siempre me gustó, me aburrió mucho. Le dí como dos oportunidades más, y luego quedó relegado en lo más profundo de mi disco duro discoteca personal con discos originales. (PD: Después de escribir esta reseña, lo escuché de nuevo, y me gustó. Para que vean).

Ni pensaba volver a oírlo. Pero por ahí apareció David Bowie, y apareció el King Crimson de los 80, y apareció Adrian Belew, y apareció David Sylvian, y luego Japan, y de a poco ya tenía asumidos gustos que jamás me habría imaginado que podría llegar a tener. Y, después de harto tiempo, me topé (ya ni me acuerdo donde ni cómo) con Stop Making Sense. Creo que era una reseña sobre los mejores discos en vivo de la historia (que no soy el único).

Lo escuché, lo escuché de nuevo, lo escuché otra vez, y así, estuve pegado como dos meses con el famoso disco.

Lo primero que sorprende es su sonido: Uno esperaría más bases electrónicas, pero con lo que se encuentra es con un disco que en gran parte es acústico. Una maravilla además el cómo arman los temas en vivo, por un lado la calidad de la interpretación, como cada músico se ajusta perfectamente a lo que tiene que hacer. Y, a mi gusto, sorprende la forma en que las versiones en vivo superan en muchos casos la versión de estudio.

Me pasó también que fui sorprendido gratamente por la complejidad y belleza de las canciones. Claro, si te dicen new wave altiro piensas en cosas sencillas, o simplonamente repetitivas (otra vez los prejuicios), pero en este caso es todo lo contrario.  En muchas mantiene una base bailable (leí por ahí que el grupo era considerado dance punk (...)), pero con armonías y juegos melódicos complejos. Otros temas son sorprendentes por su belleza melódica (como Heaven o This Must be the Place, mi favorito personal). Mucho tiene que ver la producción del magnífico Brian Eno, ex Roxy Music, quien tiene una extensa carrera en el art rock, la electrónica y el ambient.

Al final es una forma de hacer música pop, que no se amarra a los convencionalismos de la industria, sino que explora, que juega y que hace arte, desde su propia perspectiva, sin caer en las caracterizaciones insulsas de lo "pop" o lo "artístico/académico". Y sumando a eso una soberbia forma de interpretarla, de presentarla en vivo, y más encima hacer una película que resuma las intenciones artísticas de la banda, lo convierten en un candidato serio al MDEVDLH.

En resumen, ¿por qué lo recomiendo? porque es un disco lindo, entretenido, que suena espectacular, y sin caer en la que, a veces es una pose falsa de lo "intelectual", nos entrega verdaderas obras de arte.


  • "Psycho Killer"
  • "Heaven"
  • "Thank You for Sending Me an Angel"
  • "Found a Job"
  • "Slippery People"
  • "Burning Down the House"
  • "Life During Wartime"
  • "Making Flippy Floppy"
  • "Swamp"
  • "What a Day That Was" (Byrne)
  • "This Must Be the Place (Naive Melody)"
  • "Once in a Lifetime"
  • "Genius of Love"
  • "Girlfriend is Better"
  • "Take Me to the River"
  • "Crosseyed and Painless"


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