All That Jazz - Ghibli Jazz (Álbum 1 y 2) [2009 y 2010]


Siempre he considerado que el desarrollo emocional y artístico se ve principalmente motivado cuando somos unos púberes. Ese periodo de inocencia en que nuestro cerebro funciona principalmente como un receptor de todos los estímulos provenientes del mundo que nos quieren inculcar los mayores, la música que logramos percibir, y ¿porque no? Las series infantiles con las que acaparábamos la pantalla del televisor. Posterior a este proceso comienza un fenómeno de aterrizar todas aquellas emociones que las experiencias se encargaron de transformar en lindos recuerdos.

En lo que respecta a mi experiencia personal, la infancia fue vivida muy diferente a como nuestros papas querrían que la viviésemos - es un común y constante fenómeno a través de las generaciones -, siendo un niño tranquilo siempre fui ese que se pegaba al televisor con algún dibujo animado antes de estar explorando el jardín de la casa, ese que pasaba tardes enteras usando su capacidad de análisis y estrategia ante un videojuego antes que en desarmar autitos de juguetes, ese que… si bien jugaba a la pelota con los amigos del barrio, muchas veces prefería tomar una actitud mucho mas antisocial y quedarme encerrado dentro de casa donde pasaba horas y horas ante las teclas de un piano que tenia mi tía por ese entonces. A pesar de todo, supongo que de cierta forma fui parte de cómo crecieron muchos niños en los 90’, fuimos la generación que se desarrolló en la inculcación de la era informática, la que aprendimos a ocupar un pc, el internet, la tecnología celular, mientras tus viejos preferían dejarte esa nueva tecnología a ti.




Mi interés en este fenómeno radica en el hecho que a medida que vamos creciendo, vemos como esos estímulos que tanto nos alegraban el día nos van afectando cada vez menos. Nuestra conciencia procesa de manera autónoma y nos tenemos que auto-empujar para encontrarle un interés a lo que hacemos, ¿será por eso que buscamos la felicidad en los artilugios Kitch de los 90’ o la moda retro de los 80’ tan manoseada últimamente?, que nos remiten a tiempos mas sencillos y hasta quizás, mas humanos.

Reencontrarnos con parte de nuestra infancia generalmente suele traernos paz y mas de alguna alegría procesada en el subconsciente. Algo así me paso cuando encontré este disco sobre el cual centraré mi reseña. Particularmente mis grandes aficiones de pequeño era ver series de anime, entra demás decir todo lo que gocé con Dragon Ball Z, Mikami, Los Supercampeones, Slam Dunk, Ranma 1/2, Hajime no Ippo, Pokemon, Akira, Samurai X, Los Caballeros del Zodiaco, etc. mas un sinfín de series que me dediqué a ver por otros medios ya que no los pasaban en la televisión abierta. Un estudio de animación que siempre me ha llamado la atención es el Studio Ghibli dirigido por Miyazaki y Takahata ("La Tumba de Las Luciérnagas" (1988), "Mi Vecino Totoro! (1988), "Porco Rosso" (1992), "La Princesa Mononoke" (1997), "El Viaje de Chihiro" (2001), "El Castillo Ambulante" (2004) por mencionar solo algunas). El estudio, además de producir obras sumamente lindas estéticamente y con historias que poséen la capacidad de sumergir a cualquiera. Su material musical estaba de la mano por el ahora archi-reconodísimo compositor y director Joe Hisaishi.


All That Jazz nace como un proyecto financiado por Studios Ghibli para realizar un registro de las canciones mas conocidas de sus trabajos cinematográficos, y para hacerlo mas interesante aun… en formato Jazz!!! La idea suena genial, y el resultado créanme… es aun mejor. Con una increible calidad de sonido y un apabullante desplante de virtuosismo, el disco nos lleva através de todas las grandes producciones hechas por el estudio. Recibiendo tantas buenas críticas con el resultado final que deciden sacar una segunda versión un año mas tarde.

Un sinfín de emociones me hizo pasar este disco, para aquellos nostálgicos que saben apreciar todo lo que representan sendas producciones cinematográficas. Fue por un lado, como reencontrarme con mi infancia y por otro descubrir que el trabajo final es altamente meritorio a nivel compositivo y de adaptación al formato. Me hubiese gustado encontrar información de los músicos sesionistas de este proyecto musical, pero la mayoría de la información esta en japonés, lo que lo hace muy difícil. Por mientras, en tanto aprendo japonés, solo les puedo decir: Relájense y disfruten el disco. Domo arigato.

 ただリラックスして、旅行を楽しむ


PD: Fíjense bien los despistados, aquí les enlazo los dos discos en una sola lista.

La Rue Morgue – [1997] La Rue Morgue (o también 48 minutos de elegancia musical) [POST INVITADO]

Inauguramos (por fin) la tan esperada sección de post invitados, en la que no todos los lunes, tendremos colaboraciones de algunos amigos. Ya vendrán más!!

por Rodrigo Castañón Silva



Es 1997, mi despertar juvenil se mezcla con ese sentimiento artístico no reconocido aún y al frente mío, entre compañeritas que me gustaban y amigos inseparables, comienzo a escuchar un recital, acaso uno de los primeros de mi vida, en mi colegio. Es cierto, estaba esperando a los chancho, pero creo que la apertura de La Rue Morgue fue una de la cosas definitivas de mi vida. No podía creer lo que escuchaba, un sonido extraño (¿eso era jazz solapado?) fresco, armónico, elegante. Al día siguiente rogué a mi padre para que me pudiera comprar el CD (en ese entonces se compraban los discos) y él, caritativo como siempre ha sido, me regaló LA RUE MORGUE – LA RUE MORGUE  en el mall Arauco Maipú. Ahí conocí a Javier Chamas, Pancho Valenzuela, Javier Rodríguez, Michel Maluje y a Federico Daneman.


Recuerdo Sombra de las Nueve y Treinta, el tema que abre el disco. Solía escucharlo poco, porque me daba pena pensar que los chocolates escondidos en el closet eran algo con lo que recordaría a los futuros muertos de mi familia. Quizás ahora más viejo, puedo comprender el sonido de un bajo fuerte y preciso para una historia muy triste y al cabo de un par de muertes, puedo comprender que quizás es mejor estar cantando que llorar. 


Después de No Necesita Tanto (Armónica y precisa) aparece la primera gran joya del disco, Blues a Dos Mujeres.


Si no es un clásico de la música nacional, pega en el palo. Primero, tomamos la inspiración de la Rayuela de Cortazar, le agregamos un tributito al piano jazzeado de Tori (¿Amos?) y cerramos con  la figura del WalkMan (vetusta hoy, pero en el 97 era parte del uniforme colegial). Todo eso mezclado con la sutil guitarra del ahora afamado jazzero Federico Danneman y producido con un sentido comercialmente popero (quizás gentileza del Cuti Aste).  Es una estructura poderosa de que además tuvo su videíto dando vueltas. 


Y a propósito de dar vueltas, el otro gran single. Sigues dando Vueltas,  canción fogatera y que representa romanticismo, entrega a toda prueba, vulnerabilidad y poesía real. Una real mierda para un rockero, pero que con el pasar de los años y la llegada de los desamores y todas esas cosas agarra una buena cuota de realidad y entendimiento. Nota aparte es que con esta canción aprendí la diferencia entre la creación libre y el mundo pirañístico de las radios que te hacen cortar tu obra. La canción original tenía un intro y un solito a guitarra acústica, la que salió a la radio era concisa y al hueso, nada de intros, solitos ni nada que desviara del verdadero sentido: Vender. Buena lección. 


Nunca fui tu amor. Para un adolescente como yo, enamoradizo pero introvertido, casi un himno. Probablemente he dicho esto muchas más veces de lo que recuerdo, así es que lo “diré” nuevamente. Pudo haber sido muy buena,  muy rocanrolera, pero… la siento poco jugada. Como que le faltó la chaucha pal peso. Con la movida Hija de la Gran Bretaña mi padre y yo solíamos divertirnos mucho tirando la talla de insultar a la gente diciendo “hija de la gran” y luego agregando el… “Bretaña”. Me gustaba mucho los platos que van marcando la estrofa antes del coro, una interesante manera de marcar el compás. Un dato sonoro, la guitarra de Daneman paneada toda la canción al lado derecho justo en el momento del solo, se toma el centro de la mezcla de una forma demasiado notoria.


Todavía fue el tercer single y era una interesante manera de mostrar optimismo desde el punto musical con un teclado de acordes muy abiertos en el intro y las respuestas de la estrofa. Pareciera que la voz de Pancho Valenzuela llega a su límite al momento de afirmar su premisa.  Agoniza en Madrid,  retrata de una manera magistral el darse vuelta la chaqueta y el no darse cuenta de cómo se construye un monstruo. Una reflexión al Chile post Dictadura en la que los amigos diestros se desmarcaban de todo lo que oliera a Milico y los del otro lado daban vueltas en círculos pensando en las libertades que tenían ahora que había llegado la alegría. Una situación interesante era la que se retrataba en el puente. El narrador confronta a este tipo exiliado (premonitoriamente lo que pasaría con pinocho en Londres al año después) y  le dice “yo sé  bien que hiciste daño pero que le vamos a hacer”.  Para ese momento una actitud de desconcierto y resignación, del tipo “cuándo voy a lograr que este weón pague todo lo que hizo, mejor me conformo con que ya no esté en el poder” pero que hoy luego de todo lo que ocurrió después de The Clinic y la muerte del mismo Pinochet, parece una actitud poco jugada. Bonito análisis contextual.


Déjame un poco de Amor, es acaso lo mejor de este disco. Si cerramos los ojos, podríamos ver mozos sirviendo copetes, el humo de un pucho consumiéndose (una imaginación antes de que los imbéciles prohibieran todo en este país) y la construcción del climax musical hasta llevar a los aplausos espontáneos. Una muestra de ejecución musical extraordinaria y de una producción sublime. Punto aparte la honestidad brutal de la letra que podría haber sido slogan de una campaña feminista, “Tengo pasajes para un tren, quizás jamás lo tomaré, porque soy débil sin tu amor mujer”.


Nadie Más me enseñó la palabra “salvoconducto” que luego intentaba utilizarla en cualquier frase, siguiendo mi estupidez crónica. Me gustaba mucho el ritmo, pero creo que era una canción que se empareja mucho con la siguiente, Justicia Divina y la verdad es que esta última me gustaba más. No sé porqué pero siempre tendí a elegir esta sobre la primera. Quizás el teclado, quizás el slap del bajo o quizás eso que ocurre hacia el final del solo cuando hay un juego rítmico entre guitarra y batería que siempre he querido replicar.


Llegando al final del disco Bicicletas y Todo se Va, probablemente el único error de este disco, dos canciones demasiado apagadas para un cierre de disco. La primera, una forma interesante de hacer ver cómo enfrentar la vejez y la segunda, un relato demasiado acongojado. Un arreglo de cuerdas sostiene acordes muy tristes de piano y comentan una temática de despedida,  no la oía con frecuencia pues creía que no le hacía justicia a un disco tan bueno.

Para el final, la comentada Sigues Dando Vueltas versión de radio. Como dato para aquellos románticos, fue rescatada el año pasado para contar las desventuras de la Cristina y el Monito en Soltera Otra Vez.

Disco imprescindible para la música nacional, que aún en épocas de Fomes, Peor es Mascar Lauchas y demás, logró un posicionamiento por si solo, entregando una manera de mezclar pop, rock, blues y jazz que difícilmente sea equiparada por alguna banda actual.

 
1. Sombra de las 9 y 30
2. No necesita tanto
3. Blues a dos mujeres
4. Sigues dando vueltas
5. Nunca fui tu amor
6. Hija de la gran bretaña.
7. Todavía
8. Agoniza en Madrid.
9. Déjame un poco de amor
10. Nadie más
11. Justicia divina
12. Bicicletas
13. Todo se va
14. Sigues dando vueltas

Divididos - Narigón del Siglo (2000)

Voy manejando hacia mi casa de vuelta del trabajo y como muchos otros voy durmiendo, ¿a quien no le ha pasado? En lo que sea que se muevan (auto, micro, metro, helicóptero, jet privado), el problema no es el medio de transporte, el problema es la vuelta, ese tedio eterno de las 6 o 7 de la tarde. También da lo mismo donde suene, ipod, mp3, celular, lo importante es que suene fuerte y suene bien, lo que no da lo mismo jamás es lo que suene, y para ese momento tan fatídico y latoso del día, esta Narigón del Siglo de la banda argentina, Divididos.  

Debemos, como siempre, remontarnos al inicio y a sus integrantes. En la formación mas clásica, la del disco en cuestión, están Ricardo Mollo en guitarra y voces y Diego Arnedo en bajo, estos dos sobrevivientes de la emblemática banda Sumo, de los 80’s, de ahí su nombre Divididos, por el disco de esta: “Divididos por la felicidad”, y en batería acompañados por Jorge Araujo, dan vida a este disco intenso y lleno de fuerza de ese tan querido rock argentino, sin desmerecer a los demás por cierto.



Para empezar deben poner oreja a la entrada de Sitar que nos regala Ricardo Mollo en la primera canción “Casi Estatua” para entender lo que será una dosis de rock fuerte para despertar y viajar con animo y entusiasmo, ¿Qué mejor que un buen rock, en español, para cantar y mover la cabeza?, no por nada son llamados “La Aplanadora del Rock”.

Lo que hace interesante a este disco es ese sonido fuerte e intenso, al nivel de cualquier banda inglesa o norteamericana, los juegos de voces y los arreglos de bajo demuestran la calidad de sus músicos y si bien no han tenido un baterista estable durante su historia, los pasos que han tenido han “hecho la pega” de forma por no decirlo menos extraordinaria, al nivel al menos de lo que la banda requiere, recordemos que Pearl Jam ha tenido el mismo problema durante toda su historia.

Para poder expresar de mejor forma esa fuerza es que Ricardo nos regala matices vocales de fuerza en temas como el mismo Casi estatua o el clásico e imborrable Par Mil, donde su voz marca lo que será una muy buena experiencia para cantar a la par. Sin duda la expresión máxima del disco estará cuando lleguen a escuchar Spaghetti del Rock. Si a eso adjuntamos los arreglos y juegos de bajo de Arnedo, que alcanza su cúspide en Vida de topo, tenemos un disco perfecto.

No se si podría decirles que temas son mejores que otros, es un disco de volumen alto, ningún tema se queda atrás, para una banda que puede moverse en distintos escenarios, desde la guitarra eléctrica con gritos descarnados, hasta la guitarra acústica con un cajón peruano y a media luz, Divididos, La Aplanadora del Rock merece un lugar dentro de las bandas referentes del rock en español y para nosotros una banda para mirar e imitar.




Divididos – Narigon del Siglo


1.     «Casi estatua» 3:42
2.     «Par mil» 3:19
3.     «Tanto anteojo» 3:05
4.     «¿Qué pasa conmigo?» 4:04
5.     «Spaghetti del rock» 3:33
6.     «Elefantes de Europa» 3:25
7.     «Vida de topo» 5:03
8.     «La ñapi de mamá» 5:22
9.     «Como un cuento» 4:46
10.     «Sopa de tortuga» 3:35
11.     «Pasiones zurdas derechas» 3:44
12.     «La gente se divierte» 4:48
13.     «La firma del opa1 » 1:55









Fernando Milagros - [2011] San Sebastián

1. «Abuelo» 1:55
2. «Piedra angular» 3:36
3. «Carnaval» (con Christina Rosenvinge) 2:58
4. «Soltar» 3:55
5. «Una sola vuelta» 3:46
6. «Angelito» 2:28
7. «Rey mayor» 3:51
8. «Canción de otro tiempo» 4:13
9. «Nahual» (con Christina Rosenvinge) 3:06
10. «Al interior» 3:36


Si hubiera conocido a Fernando Milagros antes de conocer San Sebastián, quizás nunca lo habría escuchado. Imagino que hubiese sido algo así: Oyes hablar de un cantautor de este nuevo "movimiento" de cantautores chilenos (como si pudiesen agruparse en una misma etiqueta todos), y le pones oreja, escuchas un poco, y al cabo de un tiempo lo dejas, para volver a oírlo de vez en cuando. No digo con esto que sus discos anteriores sean malos, al contrario: para mi fue una excelente experiencia escuchar Vacaciones en el patio de mi casa Por su atención, gracias a la luz de San Sebastián.

Lo conocí de una forma menos tradicional (o quizás más acorde con la actualidad medial): Publicaban en Twitsessions que el cantautor Fernando Milagros tenía disponible para descargar gratuitamente su nuevo disco San Sebastián, hasta tal fecha. Y lo bajé, sin tener idea de quién era ni de como sonaba. Y de hecho, estuvo guardado (un archivo comprimido) en mi carpeta de descargas un mes o dos, hasta que me dio por escucharlo a ver qué tal.

Literalmente, me voló la cabeza. Esto fue en el verano de 2012, diciembre creo, y estuve su buen par de meses escuchándolo. El inicio a capella, acompañado sólo de percusiones de Abuelo es toda una declaración de intenciones, una invocación a los ancestros, seguida inmediatamente de la potente Piedra angular, y a continuación la contemplativa Carnaval. Esta trilogía da el tono de lo que será el disco.

Para mi, hay tres cosas que le dan su carácter a éste disco en particular: La estructura de canción de autor de las canciones, que perfectamente se pueden imaginar en una performance a pura guitarra de palo, Milagros solo contra el público. No siento que, como leí por ahí, Fernando abandone su estilo de folk anglo, sino más bien existe un sincretismo musical, a momentos evidente, a momentos más encubierto, con los otros dos puntos.

El segundo, es el carácter claramente latinoamericano de la interpretación, más que en los tipos de instrumento que usa, en las sonoridades que adquiere mediante los ritmos, las percusiones e instrumentos de cuerda acústicos, y las voces. Tiene que ver, más que con un tema nacionalista o latinoamericanista, con una vinculación con las propias raíces, con el arraigo profundo en esta tierra, con la propia identidad.

Lo último, es el fondo eléctrico-ambiental de las canciones. Cuando se presenta como "folk de ciencia ficción", uno piensa altiro en esto. Los sintetizadores, las guitarras eléctricas, los ecos que quedan resonando, todo configura un estilo propio que va más allá de la políticamente correcta mezcla entre rock y folclore latinoamericano.


En resumen, una obra a momentos potente, a momentos hermosa, a momentos profunda. En una entrevista Fernando dice que con San Sebastián alcanza por fin su identidad como cantautor, definiendo claramente su propuesta musical. Definitivamente, es una muestra de la buena música que se está haciendo en Chile, sin etiquetas ni convencionalismos, sino que asumiendo una identidad propia.

Destaca la participación de Christina Rosenvinge, ex Christina y los Subterráneos, en dos temas; en la batería Daniel Riveros, más conocido como Gepe; y la producción de Cristián Heyne, quien ha trabajado con músicos como el mencionado Gepe, Javiera Mena, Camila Moreno, Dënver o Alex Anwandter además de infames como Supernova o Stereo 3

No pongo enlaces de descarga, ya que el artista lo ha subido íntegramente a su Soundcloud. Disfrútenlo!

Bloque Depresivo en el Théâtre de la Ville


00:01:45 El tirano
00:05:58 En el oro de tu pelo
00:08:53 Fuera de mi vida
00:11:45 En vano
00:15:42 Quémame los ojos
00:18:59 Isla de Errores
00:22:52 Los continentales
00:26:21 Canción de las simples cosas
00:29:49 Pequeña serenata diurna
00:35:35 Solo tu
00:39:32 La nave del olvido
00:44:04 Lo que un día fue no será
00:47:36 Loca
00:51:06 Amor violento
00:56:19 El triste
01:01:06 Hospital
01:05:58 Sin excusas
01:11:06 Regresa
01:17:28 Cabildo
01:25:05 Quién es la que viene allí
01:29:21 Lagrimas negras
01:33:17 Pedacito de mi vida

Esta vez y quizás para tomar con un poco de humor el último problema que tuvimos en el blog por cosas del copyright, más que hablar de un disco como estamos acostumbrados en nuestro espacio, sentí el deseo de enfocar esta reseña en un particular proyecto que si bien no cuenta con un registro sonoro y material a la venta en su distribuidor mas cercano, más de alguna vez habrán escuchado una de estas canciones cuales pueden jactarse de encontrarse en lo mas profundo del oyente colectivo para muchos nostálgicos y humanoides tristones. Como agrupación incluso podrán reconocer algunos rostros entre sus filas.

Quiero dejar ante ustedes a Bloque Depresivo, pequeño espacio musical que se tomaba la atención del público en medio del setlist de la banda chilena Chico Trujillo, donde la performance consistía en ver al Macha (Aldo Asenjo) sentado en una banqueta, con una tenue luz cayendo sobre el escenario al cual se le integraba algún integrante de la banda en formato acústico y con la participación especial de músicos invitados con los que compartían el show de esa noche. Tales momentos fueron transformándose poco a poco en una especie de ritual común en las presentaciones de la banda, conocida por la euforia fiestera que provocan en cada presentación.

Ya para el 2013 dicho giro musical se ve cada vez mas consolidado como una agrupación alterna cuando los integrantes buscan descansar del carácter festivo de Chico Trujillo. Con un repertorio musical enfocado en valses peruanos, boleros celebres, arreglos y composiciones propias con un sonido que remite a los conciertos unplugged que soliamos estar acostumbrados en la cadena MTV. La atmósfera toma el escenario y pareciera transformarse en un culto a esa faceta melancólica, desgarradora y apasionada de la viejas canciones latinas, esas de las letras sobre trágicos amores, con la capacidad de evocar sentimientos encontrados, de recordar y corear las desahuciadas penurias conyugales, como quien diría para ahogar las penas en alcohol al son de la melodía.


Una interesante propuesta para cualquier audio-escucha que desee integrar un poco de sabor latino a su lista de reproducción y que poco a poco se va ganando la fidelidad de un grupo de seguidores. Bloque Depresivo esta constituido por el Macha en la voz y guitarras, Raul Céspedes y Mauricio Barrueto en las guitarras, Joselo Osses al teclado , Danilo Donoso en percusiones (Inti Illimani Histórico) junto a Cristian Duarte “Pegafix”, Tocori Berrú al bajo (La Chilombiana), mas los músicos invitados.

Gustavo Cerati - Bocanada (1999)

Te sientas en tu sillón, pones el disco, das una calada a tu cigarrillo... y comienzas a viajar.


   De esa manera describiría el mejor disco para terminar la década del 90; Bocanada de Gustavo Cerati de 1999 es un disco para viajar, inspirado en un sonido invernal que mezcla su tan reconocido rock y electrónica. 

 Pero la historia se remonta muchos años atrás,  casi 20, con la aparición de Soda Stereo en 1982. Claro, un Cerati joven y new wave, comenzaba a hacer sus armas en la música latina con una banda que rompería esquemas y que a la postre se transformaría en un referente del conocido movimiento de rock latino. Pero esto no es Soda, no hoy al menos. 

   Escucho Bocanada y recuerdo mi primera Bocanada de cigarrillo, creo que también fue por esos años 98 o 99, pero más recuerdo el invierno y evoca a mí ese olor a tierra mojada y lluvia nocturna. ¿Muy mamón? ... quizás,  pero así lo recuerdo. Lo cierto es que la carrera solista de Cerati comenzó por allá por el año 1993 con su primer Disco Amor Amarillo, luego de una separación intermedia de Soda. Este disco Bocanada viene a representar su vuelta a las pistas solo, luego de la separación "definitiva" de Soda en 1996. Su single Puente, muy sonado igual que todo lo que Gustavo hace (o hacía lamentablemente) fue el caballo de batalla para hacer penetrar un trabajo más personal y más visceral de un Gustavo renovado y dispuesto a hacer de su nombre un ente aparte de su antigua y monumental banda. Si escuchan la entrada del disco con el tema Tabú, sabrán de qué hablo y cuando escuchen el tema homónimo del disco, Bocanada, se enamorarán de él. Ojalá este disco estuviera en vinilo. 

   Creo, muy a título personal, que hay música para escuchar, llámese a esto hacer aseo, trabajar o cualquier menester casero y otra para oír  Gustavo tiene de las dos y para mí, este disco es para oír, sentarse, fumar y tomar un trago en casa, sobre todo un día después de arduo trabajo (sea a lo que sea que se dediquen). El mejor trabajo solista de Gustavo Adrian Cerati para mi gusto, para cerrar la década, para inmortalizar a este gran músico argentino. No pretendo desmerecer sus otros discos o trabajos, ni con Soda Stereo ni solo, pero este disco vale la pena tenerlo en la discoteca personal de cualquier amante del buen sonido. Para terminar la década y comenzar a vivir los dos miles como se merece. 

   Yo en tanto ya "comencé a girar como reloj y hoy el oro esta en piel". Los invito a este paseo por el mundo de la música invernal, a este Paseo Inmoral, con quien ustedes prefieran pero siempre con Bocanada como banda sonora de una noche perfecta. 

Gustavo, te esperamos y te esperaremos siempre.... 

Gracias... Totales.

  1. Tabú (4:47)
  2. Engaña (4:12)
  3. Bocanada (4:07)
  4. Puente (4:33)
  5. Río Babel (4:44)
  6. Beautiful (6:13)
  7. Perdonar es Divino (5:19)
  8. Verbo Carne (4:42)
  9. Raíz (4:04)
  10. Y Si El Humo Está En Foco... (4:56)
  11. Paseo Inmoral (5:31)
  12. Aquí & Ahora (Los Primeros Tres Minutos) (3:54)
  13. Aquí & Ahora (Y Después) (2:38)
  14. Alma (4:38)
  15. Balsa (5:05)